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jueves, 14 de julio de 2011

Refugio UM

La Universidad de Montemorelos, una ciudad de refugio

Raquel Bouvet de Korniejczuk
Vicerrectora Académica de la Universidad de Montemorelos.
La seguridad de los estudiantes es una prioridad en la Universidad de Montemorelos; la seguridad espiritual, física, emocional y mental. La institución la promueve por medio de un modelo educativo que anima al estudiante a tomar decisiones sabias, distinguir la verdad del error, desarrollar un carácter equilibrado y servir a los más necesitados. Un modelo educativo que desarrolla las capacidades físicas, mentales y espirituales del estudiante.


El campus de la universidad está diseñado y organizado para que los estudiantes cuyos padres viven lejos de la universidad puedan tener la seguridad, atención y educación que necesitan: residencias estudiantiles con un programa para el desarrollo de hábitos de vida y de carácter, comedor estudiantil con una dieta saludable, espacios para el trabajo y la recreación y los servicios necesarios para la investigación y la comunicación. Así, los estudiantes que viven en las residencias tienen todas las comodidades y atención educativa del hogar y al mismo tiempo una excelente preparación académica; todo dentro del campus universitario.


Además, el modelo educativo contempla que cada estudiante tenga un mentor que oriente al estudiante en sus avances y lo acompañe en su desarrollo integral. Esta relación maestro-alumno es muy cercana e individualizada, de modo que cada estudiante sabe que tiene un docente que será su consejero personal, quien estará constantemente al tanto de sus necesidades, desafíos, oportunidades y problemas académicos y personales.


En situaciones de crisis, como en ocasión de la epidemia de la influenza A (H1N1), el campus se convirtió en una ciudad de refugio, ya que permitió desarrollar las actividades educativas en excelentes condiciones de seguridad de salud, en un campus que estaba constantemente supervisado.


Con el incremento de la inseguridad en el país, la universidad ha ido tomando algunas medidas de seguridad adicionales a la estructura tradicional de su modelo educativo para reducir las posibilidades de exposición a situaciones de peligro. Se redujo el horario de actividades en la noche para que los estudiantes y personal puedan volver a sus hogares a una hora conveniente. Este horario procura evitar que las personas estén afuera durante la noche y favorece un descanso más saludable. Se implementó la política de realizar todas las actividades educativas posibles dentro del campus, reduciendo al mínimo los viajes de estudios y prácticas fuera del campus, excepto las esenciales para el desarrollo profesional, para que los estudiantes no estén expuestos innecesariamente. Con el mismo propósito se cancelaron los viajes nocturnos, a menos que respondieran a una emergencia.

Por supuesto que ninguna medida humana es suficiente para garantizar una seguridad absoluta. Experiencias como la trágica pérdida de Yoselin Pérez Ramírez, estudiante de Comunicación Visual, nos conmueven profundamente y nos invitan a reflexionar sobre la fragilidad de la vida, si bien nuestra fe y nuestra confianza se levantan por encima de las sombras circunstanciales hacia el Creador. Una confianza como la expresada por la mamá de Yoselin, cuando aseguró que su segunda hija, ahora de 16 años, estudiará en la Universidad de Montemorelos porque quiere que se prepare para servir a la sociedad. Ella sabe que Dios la cuidará.


Por encima de todo, nuestra seguridad y confianza están en Dios, quien conserva el control del mundo, de la universidad y de nuestras vidas.

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